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Raimon Panikkar: artista del diálogo

Raimon Panikkar: artista del diálogo Juan José Tamayo  reseña de libros Raimon Panikkar. Una biografía de Maciej Bielawski, Traducción de Jordi Pigem, Fragmenta Editorial, Barcelona 2014, 366 páginas. (BABELIA-EL PAÍS, 23 de julio de 2016) No es esta una hagiografía

Tamayo3Raimon Panikkar. Una biografía de Maciej Bielawski, Traducción de Jordi Pigem, Fragmenta Editorial, Barcelona 2014, 366 páginas.
(BABELIA-EL PAÍS, 23 de julio de 2016)
No es esta una hagiografía que canonice a Raimon Panikkar (1918-2010) y lo transporte lleve al cielo sin hacer pie en la tierra. Es una biografía escrita con rigor, objetividad y sentido crítico, sin concesiones a la cercanía ideológica del biógrafo con el biografiado, pero reconociendo su ingenio a flor de mente, brillantez literaria, originalidad intelectual y permanente creatividad de uno de los filósofos y teólogos españoles más importantes del siglo XX y principios del siglo XXI, que trasciende los límites geográficos patrios y se convierte en figura internacional del pensamiento intercultural.

El detallado recorrido por la biografía de Panikkar, hijo de madre catalana y de padre indio, revela aspectos fundamentales de su personalidad intelectual: su visión no dualista de la realidad; el encuentro interdisciplinar entre filosofía, teología, espiritualidad y física; la hermenéutica diatópica; el estilo mito-poiético y el pensamiento simbólico.

La imagen que, creo, mejor le define es, en palabras del biógrafo, “su andar por mil caminos… en movimiento perpetuo”: Barcelona, Bonn, Madrid, Salamanca, Roma, Milán, India, Munich, Harvard, Santa Bárbara y su destino final, Tavertet, pequeña población catalana donde fundó el Centro de Estudios Interdisciplinares “Vivarium”. Bielawski se refiere también a sus más de sesenta años de sacerdote y a su difícil relación con la Iglesia católica, a su larga pertenencia al Opus Dei, a los conflictos internos y al abandono de la Obra, a su matrimonio civil con la prestigiosa filósofa María González-Haba, etc.
En el centro de su reflexión y de su vida se encuentran la filosofía, la cultura y la religión de la India, que estudió en profundidad y dejaron una huella indeleble en su persona: “la India me ha liberado del miedo”. Desde entonces fue una persona libre, liberada y liberadora.

Destaca especialmente su obra ingente que el biógrafo polaco Maciej Bielawski agrupa en torno a cinco círculos concéntricos: a) diálogo y paz; espiritualidad; b) cristianomía; c) cosmoteandrismo; d) ecosofía; e) teofísica, y que compara merecidamente con pensadores como Sankara y Ramanuja, Agustín de Hipona y Tomás de Aquino, Ibn Arabi, Teihard de Chardin y Heidegger. La obra de Panikkar ha influido decisivamente en las distintas tendencias filosóficas y teológicas de nuestro tiempo, sobre todo en la teología interreligiosa con El Cristo desconocido del hinduismo y El silencio del Buddha, y en la filosofía intercultural con Sobre el diálogo intercultural y otras obras relevantes. De ambas fue pionero y uno de sus principales cultivadores.

Su pensamiento complejo es estudiado por numerosos investigadores y discípulos, que descubren en cada investigación nuevas dimensiones de su rica personalidad y de su inabarcable pensamiento y a quienes el biógrafo llama “seguidores de su espíritu”. Espíritu que se caracteriza dialécticamente por la rebeldía pacífica, la concordia discorde, el diálogo diatópico y la presencia ausente.

Biografía y bibliografía se encuentran en perfecta armonía en el filósofo de Tavertet: “su obra es toda su vida…; sus escritos son su autobiografía”. Ambas constituyen un ejemplo de síntesis entre Oriente y Occidente y de vivencia pacifica del pluralismo del sabio retirado los últimos años de su vida nonagenaria en las montañas y en comunión con el cosmos.

Panikkar habitó plurales continentes, culturas y religiones. Según confesión propia, en su vida confluían cuatro grandes ríos: el cristiano, el hindú, el budista y el secular. “Sin diálogo, el ser humano se asfixia y las religiones se anquilosan”, escribió. Con razón ha sido definido como “artista del diálogo”: el diálogo entendido como talante y talento, sentir y pensar, actitud ante la vida y método en la búsqueda de la verdad, razón y experiencia, sapiencia y nesciencia, saber y sabor.

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