Cada vez son más los obispos y clérigos que no entienden la dinámica de descalificación y politización de la cadena episcopal, que se ha intentado atemperar en los últimos tiempos, pero que la mayoría moderada en el Episcopado no ha logrado erradicar. Todo ello en una televisión que, en los últimos años, cuenta con pérdidas de 60 millones de euros.

Hasta ahora, ninguna de estas cartas se había hecho pública. La primera en convertirse en «carta abierta» ha sido la de un grupo de 26 sacerdotes de la diócesis de Tarragona, quienes han escrito al cardenal Ricardo Blázquez, presidente del Episcopado, una nota «con todo el respeto pero también con toda la contundencia», después de observar algunos comportamientos que, «noche, tras noche, se vierten en las tertulias de 13TV», especialmente tras los atentados de Barcelona y Cambrils.

«No podemos callar más», señala el escrito, que dice haber «escuchado repetidamente las quejas de muchos de nuestros fieles». Tras señalar que los obispos catalanes ya denunciaron en 2013 el «grave escándalo» que suponía que la cadena episcopal «en algunos de sus informativos y tertulias, opte por el desprecio, la descalificación e incluso el insulto».

«Han pasado cuatro años de aquella declaración de nuestros obispos pero en las tertulias de este canal de televisión, ligado a la Conferencia Episcopal Española, se continúan fomentando los sentimientos contrarios al respeto, la tolerancia, el diálogo y la solidaridad», continúa la carta, que añade que «tras los atentados en Catalunya, la agresividad de los tertulianos y de los responsables del programa, si cabe, se ha hecho todavía mayor».

Por esta razón, instan al Episcopado a que, «sin dilación y con valentía, corrijan o supriman los programas de tertulia en 13TV, que tanto daño hacen a la convivencia y ensucian la imagen de la Iglesia Católica que siempre debe fomentar el diálogo sincero y fructífero».

La nota culmina reivindicando unas palabras del Papa Francisco, en las que pedía a los comunicadores ejercer su labor «de forma constructiva rechazando los prejuicios contra los demás», algo que, en su opinión, continúa haciéndose en 13TV.

Carta abierta al cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la CEE
Estimado Sr. Cardenal, los abajo firmantes somos sacerdotes de la archidiócesis de Tarragona que, habiendo escuchado repetidamente las quejas de muchos de nuestros fieles, queremos decirle, con todo el respeto pero también con toda la contundencia, que no podemos callar más ante las opiniones que, noche tras noche, se vierten en las tertulias de 13tv.
En octubre de 2013, los obispos con sede en Cataluña ya manifestaron públicamente: «creemos que produce un grave escándalo en muchos miembros de la comunidad católica de nuestras Diócesis y también en nosotros mismos, el hecho de que el Canal de televisión 13tv, que ha de respetar a las personas y a las instituciones según su ideario, en algunos de sus informativos y tertulias, opte por el desprecio, la descalificación e incluso el insulto».
Han pasado cuatro años de aquella declaración de nuestros obispos pero en las tertulias de este canal de televisión, ligado a la Conferencia Episcopal Española, se continúan fomentando los sentimientos contrarios al respeto, la tolerancia, el diálogo y la solidaridad. En estos últimos días, tras los atentados en Catalunya, la agresividad de los tertulianos y de los responsables del programa, si cabe, se ha hecho todavía mayor.
Por eso le pedimos que, sin dilación y con valentía, corrijan o supriman los programas de tertulia en 13tv, que tanto daño hacen a la convivencia y ensucian la imagen de la Iglesia Católica que siempre debe fomentar el diálogo sincero y fructífero.
Deseamos que en 13tv se atiendan las palabras del papa Francisco en el mensaje de este año en ocasión de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, cuando pedía a los comunicadores ejercer su labor «de forma constructiva rechazando los prejuicios contra los demás», y siguiendo un modelo que «fomente una cultura del encuentro que ayude a mirar la realidad con auténtica confianza».
Le saludamos en espíritu de comunión eclesial.
Tarragona, 29 de agosto de 2017