Home / Noticias  / Ecología Integral: tomar conciencia del cuidado de la Casa Común y de los más pobres

Ecología Integral: tomar conciencia del cuidado de la Casa Común y de los más pobres

PEDRO BARRETO PIDE "UNA CONVERSIÓN ECOLÓGICA" DURANTE EL ENCUENTRO DE QUITO Ecología Integral: tomar conciencia del cuidado de la Casa Común y de los más pobres    Encuentro sobre Ecología Integral en QuitoREPAM Hacer teología es pensar la fe

Encuentro sobre Ecología Integral en QuitoREPAM

Hacer teología es pensar la fe en relación con la realidad comunitaria, personal, social, política, económica… No es simplemente repetir la Biblia o la doctrina

(Luis Miguel Modino, Brasil).- Cuidar de la Casa Común tiene que llevarnos a estar atentos a los sufrimientos y necesidades de los más pobres, pues no podemos olvidar que son ellos quienes más sufren las consecuencias de la devastación ambiental. Dentro del pensamiento cristiano, el concepto de ecología integral nos ayuda a dar este paso y entender que el cuidado de la creación implica la solidaridad con los excluidos.

Reflexionar sobre esta dimensión ha sido el objetivo del «Encuentro de Ecología Integral: Discípulos – Misioneros Custodios de la Creación«, celebrado en Quito de 24 a 27 de noviembre, en el que unas 140 personas llegadas de diferentes países de América Latina, han participado de este evento organizado por el CELAM, DEJUSOL, CARITAS, REPAM, CLAR y la Red Iglesias y Minería.

Nadie puede negar que nos encontramos ante un «momento trascendental para la humanidad y para la madre Naturaleza», como reconoce Mauricio López, Secretario Ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM). Desde esa perspectiva, la Laudato Si, supone una llamada, según López, a asumir esa Ecología Integral «en todas las instancias y espacios de nuestra Iglesia y sea un verdadero instrumento de toda nuestra laboral pastoral».

El Encuentro se ha desarrollado desde el método ver, juzgar y actuar, tan presente en la reflexión teológico-pastoral de la Iglesia Latinoamericana. El punto de partida han sido una serie de talleres que han abordado diferentes temáticas, que hacen referencia a los Derechos Humanos, el Cambio Climático, el extractivismo, la interculturalidad, y que han ayudado a reflexionar sobre la situación que atraviesa el continente y los pueblos que lo habitan.

Asumir la Laudato Si supone una llamada «a construir el Reino de Dios entre nosotros», en palabras de Monseñor Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo-Perú y vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), «un llamado urgente a creyentes y no creyentes», que haga realidad «una conversión ecológica, que involucra todos los aspectos de la vida de los seres humanos, para convivir de manera armónica con los otros seres y especies del Planeta». Esta conversión sólo es posible en la medida en que estemos dispuestos a «cambiar hacia un estilo de vida sobrio, de consumir sólo lo necesario, de tal manera que no les falta a quienes no tienen nada».

Del mismo modo que Medellín supuso un cambio de mentalidad en la Iglesia latinoamericana hace 50 años, este nuevo paradigma de ecología que la Iglesia propone, supone entrar en esa misma dinámica, para lo que es necesario, en opinión de José María Vigil, «diseñar nuevos cursos de formación cristiana y nuevos métodos de pastoral», que nos lleven necesariamente «a un cambio de visión del mundo y del ser humano, un cambio de espiritualidad. A un mundo nuevo corresponde una nueva visión, una nueva lectura«.

A partir de esa realidad, el encuentro, desde la perspectiva del juzgar, ha subrayado la necesidad de una ecología cultural que nace de la sabiduría de los pueblos originarios, siempre unida a la dimensión espiritual y del cuidado. Un nuevo paradigma eco-teológico, que brota de diversas intuiciones teológico-pastorales y que nos lleva a encontrar claves de discernimiento que surgen de esa ecología integral.

En ese sentido, como resaltaba Mauricio López, «lo central de nuestras propuestas desde la REPAM, es buscar re-conectarnos con lo histórico y profundo ya existente. Tratando de encontrarle sentido al momento del Kairós que estamos viviendo». Las reflexiones que están surgiendo en este campo no suponen inventar nada nuevo y sí rescatar aquello que ya existe, pues como afirman los Mayas en su libro sagrado, el Popol Vuh: «Arrancaron nuestros frutos, cortaron nuestras ramas, quemaron nuestros troncos, pero no pudieron matar nuestras raíces».

Estas mismas raíces están presentes en el Evangelio de Jesús, y han sido asumidas por la Iglesia de la Amazonia, donde por encima de sus luces y sombras, nos encontramos con una serie de mártires y personas que han entregado sus vidas a favor de los pueblos amazónicos y de la misma naturaleza. Entre ellos se encuentra Monseñor Alejandro Labaka, sobre quien se ha elaborado recientemente un documental, presentado en el Encuentro, y que muestra la experiencia de la Fraternidad Capuchina en clave de ecología integral. Su ejemplo debe llevarnos a vivir una Espiritualidad de la Creación, de la fraternidad, liberadora, de la encarnación y del diálogo.

 

Desde esta perspectiva, el teólogo brasileño Alfonso Murad, uno de los referentes en la reflexión eco-teológica, ha hecho una llamada a descubrir que «hacer teología es pensar la fe en relación con la realidad comunitaria, personal, social, política, económica… No es simplemente repetir la Biblia o la doctrina».

Partir de la eco-teología nos lleva a descubrir que «somos hijos e hijas de la tierra, en interdependencia, responsables de que nuestro planeta siga adelante». Por eso no podemos olvidarnos de una de la ideas clave de la Laudato Si, que «todo está interconectado en nuestra Casa Común». Eso tiene que llevarnos a hacer realidad una sociedad justa, inclusiva y sostenible, con otros actores sociales, a cultivar la espiritualidad del Buen Vivir.

El encuentro ha contado con una representación de la Red Eclesial de la Cuenca del Congo, que inspirada en la REPAM, pretende ser «un servicio especial de la Iglesia en la evangelización y que ayuda a los pueblos de la Cuenca del Congo a defender la naturaleza, los bosques, animales, el agua y el conjunto del medio ambiente», como afirmaba el jesuita Rigobert Minani, quien destaca la esperanza que la Laudato Si ha traído a muchas comunidades y personas de África.

Toda reflexión teórica se convierte en un elemento importante en la medida en que eso se concreta en acciones. Desde esa dinámica el encuentro ha propuesto una serie de iniciativas y pautas para que la Laudato Si se convierta en instrumento de vivencia en diferentes niveles, que van desde el ámbito internacional al personal, y que genere una toma de conciencia sobre la importancia de ese modo de vivir que el Papa Francisco nos propone.

El encuentro ha resaltado la necesidad de que esa concreción de la Ecología integral se haga realidad en la Misión de la Iglesia en América Latina y, en el caso de la Pan-Amazonia, en el Sínodo de los Obispos convocado recientemente y que tendrá lugar en octubre de 2019, pero cuya reflexión ya está presente en la Iglesia de la región.