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El presidente de la HOAC reclama «trabajo digno para una sociedad decente»

El presidente de la HOAC reclama "tragjo digno para una sociedad decente" “El modelo de precariedad laboral es profundamente injusto y anticristiano” Pepa Torres: "El ataque a las condiciones de trabajadores y trabajadoras es insostenible" HOAC, 14 de

El presidente de la HOAC reclama «tragjo digno para una sociedad decente»

“El modelo de precariedad laboral es profundamente injusto y anticristiano”

Pepa Torres: «El ataque a las condiciones de trabajadores y trabajadoras es insostenible»

HOAC, 14 de julio de 2016 a las 09:09

Desde la fe cristiana, la persona es la medida de todas las cosas

José Fernando Almazán

José Fernando Almazán(HOAC).- «El modelo de precariedad laboral que mayoritariamente se ofrece a las personas trabajadoras es profundamente injusto y anticristiano». Así lo ha manifestado el presidente general de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), José Fernando Almazán, en el transcurso de la rueda de prensa con motivo de los cursos de verano, donde participan 250 personas, «cuyo eje central es el trabajo decente» y que se enmarcan en la campaña «trabajo digno para una sociedad decente» que este movimiento está desarrollando en todo el país.

Para Almazán, «no es posible tener una vida digna, ni construir una sociedad justa, igualitaria ni decente» si la propuesta está basada tal y como hoy sucede «encondiciones de trabajo precarias y en la precarización continua de los derechos laborales». Un modelo impuesto que «se extiende a la vida de los trabajadores debido a la importancia que el trabajo tiene para todas y todos como medio de subsistencia, de socialización, de creatividad… como principio de vida», señala.En este sentido, el presidente general de la HOAC ha subrayado que este proceso de cambio en la naturaleza del trabajo y de sus condiciones precarias, afecta a los jóvenes «convirtiendo en provisional, en precario: el trabajo, la emancipación, la vivienda, la vida en pareja, las posibilidades de tener hijos». Afecta a las familias que «cada vez tienen más problemas para llegar a fin de mes» y con ello «la vida de las familias se hace también precaria».

Afecta a las mujeres que son desplazadas del trabajo para «ocuparse de los cuidados» y afecta a trabajadores inmigrantes, «expuestos a ser el chivo expiatorio sobre el que se intenta verter la culpabilización injustificable y la frustración de la gente que peor lo pasa». Almazán ha apuntado que, globalmente, «los trabajadores y las trabajadoras, tienen más dificultades de vivir una vida digna, mientras que una minoría de personas es cada vez más rica». Un proceso que no ha dudado en tildar de «escandaloso» y cuya característica es de «desigualdad y de pobreza creciente de la mayoría» frente a la «riqueza creciente de una minoría».

Para la HOAC, movimiento de la Iglesia, que desarrolla desde hace años una labor de concienciación sobre la centralidad del trabajo digno y situar a la persona en el centro de las prioridades y, con ello, ser «la medida de la dignidad del trabajo» (CDSI 271). En este sentido, Almazán afirma que esta precarización del trabajo, «es inhumana y anticristiana. Nuestra fe, es radicalmente una propuesta de liberación para las personas. Dios se hace presente en nuestras vidas, vive a nuestro lado, sufre con nosotros, se alegra con nosotros y nos lanza a hacer realidad nuestra humanidad más profunda, la justicia, el amor, la solidaridad, el bien común. Desde la fe cristiana, la persona es la medida de todas las cosas». Por tanto, existen razones éticas y religiosas, para cambiar la lógica de funcionamiento basada en un modelo precario: «que el trabajo sea un derecho de las personas, que esté repartido, que sea un espacio de realización personal y colectiva que permita a las personas contribuir a la construcción social con su esfuerzo, bien sea mediante el empleo o mediante el trabajo, y que la sociedad provea de los recursos a todas las familias para vivir con un mínimo de dignidad. Es posible hacerlo. Es cuestión de voluntad y de prioridades. Pero nos va la vida en ello. Nos va el modelo de sociedad y de convivencia en ello.», ha apuntado.

En este camino de favorecer la centralidad de la persona y del trabajo digno, la HOAC lo hace también conjuntamente con otras organizaciones de la Iglesia, como son Cáritas, Justicia y Paz, CONFER, JEC, y JOC, todas ellas integrantes de la iniciativa «Iglesia por el trabajo decente». En este sentido, Almazán ha anunciado la cita del «próximo 7 de octubre, también aquí en Salamanca, que con motivo de la Jornada mundial por el trabajo digno, desarrollarán diversas actividades».

Seguidamente, ha intervenido la teóloga y ponente de los cursos, Pepa Torres, quien ha manifestado «que el ataque a las condiciones de vida digna que están sufriendo los trabajadores y las trabajadoras es insostenible» desde una lectura a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia o como subraya el papa Francisco «trabajar es propio de la persona humana. Expresa su dignidad de ser creada a imagen de Dios. Por eso se dice que el trabajo es sagrado» y fortalece fundamentalmente a la institución familiar. Torres considera que es fundamental «repensar el trabajo desde la lógica de la comunión».

Finalmente, Fefi Valerón, ha anunciado para el jueves 14 de julio a las 19h, la celebración de una Eucaristía en la Catedral nueva, presidida D. Antonio Algora, obispo responsable de la Pastoral Obrera y, posteriormente, alrededor de las 20h una concentración (gesto público) en la plaza Anaya, para denunciar situaciones de precariedad laboral y vital y para reclamar «trabajo digno para una sociedad decente». Actos abiertos a la participación de la ciudadanía salmantina.

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