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Panel Noviembre 2016. Benjamín Forcano

Panel Noviembre 2016 Benjamín Forcano  Enviado a la página web de Redes Cristianas 1.En homenaje a Pedro Casaldáliga en los 45 años de su consagración episcopal. 2. Una ética planetaria para un mundo globalizado. 3. Los derechos humanos, base, criterio

Panel Noviembre 2016

Benjamín Forcano
 Enviado a la página web de Redes Cristianas

Benjamín Forcano11.En homenaje a Pedro Casaldáliga en los 45 años de su consagración episcopal.
2. Una ética planetaria para un mundo globalizado.
3. Los derechos humanos, base, criterio y meta de toda polìtica.
4.Más allá de la del carbonero.

1 Mensaje de Pedro Casalidáliga
Conferencia-homenaje a los 45 años de su consagración episcopal
(Madrid: Iglesia de San Antón – Mensajeros de la Paz, 28-X-16)

Benjamín Forcano

Pedro Casaldáliga y su opción por los pobres

Mi conocimiento de Pedro Casaldáliga no ha sido casual ni
ha surgido por un tiempo a causa de algunos escritos
o gestos heroicos suyos. No. Pedro, misionero claretiano, era casi
de nuestra generación, unos 7 años por delante.
Se ordenó de sacerdote a los 24 años, en 1952. Y fue entonces
por espacio de 16 años, antes de que partiera para el Brasil, cuando
Pedro fue dando a conocer su personalidad.

Pienso que Casaldáliga no fue uno antes de partir para el Brasil y otro después de aterrizar allí, como si las circunstancias lo hubieran cambiado. Los cambios no surgen de la nada ni vienen de fuera, sino que se hacen por elección propia, impulsados ciertamente en una u otra dirección por circunstancias que te afianzan en una u otra dirección.
La vida de Pedro aparece como un rio secreto que avanza en una u otra dirección, más bravo o más sosegado, dependiendo de la orografía del cauce, según esste coadyuve a frenarlo, desviarlo o hacerlo llegar a su puerto.
Nos lo cuenta el propio Casaldáliga: “Yo siempre quise ir a Misiones… Mi decisión última fue en 1967 en el Capítulo de Renovación Claretiano. Había llegado mi hora. El testimonio laico del Che , muerto por entonces, era una nueva llamada desde América. Había logrado , por fín, lo que tanto había soñado y buscado: un clima heroico para vivir heroicamente. Un viaje sin retorno”.

Pedro, ya en el Mato Grosso, se encarga de recalcar lo persistente de
su sueño: “A mí siempre me ha quebrado el corazón el ver la pobreza de
cerca. Me he llevado bien con la gente excluida, quizás porque siempre he tenido una cierta afinidad con el margen, con los marginales. Quizás por una vena poética. Quizás sea una cuestión de sensibilidad , porque soy
incapaz de presenciar un sufrimiento sin reaccionar. Por otra parte, nunca me he olvidado de que nacía en una familia pobre. Me siento mal en un ambiente burgués. Siempre me pregunté , si puedo vivir con tres camisas, por qué voy a necesitar tener diez en el armario. Los pobres de mi Prelatura viven con dos, de quita y pon.”

Ya en ese momento abriga una pofunda convicción: “Estoy doblemente convencido de que no se puede tener una sensibilidad revolucionaria y profética ni se puede ser libre sin ser pobre. La libertad está muy unidsa a la pobreza.No sd es verdaderamente libre con mucha riqueza. Sindo pobre me siento más libr3 de todo y para todo. Mi lema fue : ser libre para ser pobre y ser pobre para poder ser libre. Lo exprese muy claramente en aquellos versos míos, Pobreza evangélica:

No tener nada.
No llevar nada.
No poder nada.
No pedir nada,
Y, de pasdada,
No matar nada; no callar nada.
Solamente el Evangelio,como una faca afilada,.
Y el llanto y la risa y la mano extendida y apretada,
y la vida, a caballo, dada. .:
Y este sol y estos ríos y esta tierra comprada,
para testigos de la Revolución ya estallada.
¡Y mais nada!

Algunas facetas clave de la vida de Pedro Casaldáliga

Cuando uno analiza la vida de Pedro, quedan bien al descubierto algunas facetas suyas fundamentales:
libertad , pobreza, profecía, religación a Dios.

Pedro nos lo aclara.

Primera: “Si me bautizas otra vez un día,…dí a Dios y al mundo que me has puesto el nombre de Pedro-Libertad”.
Pedro es un hombre libre ante las instituciones, sean políticas o religiosas; libre ante las personas, grupos e ideologías; es la palabra libre, el gesto en rebeldía, la osadía que bebe en las fuentes del Espíritu, que es viento y fuego y revienta estructuras y cadenas.

Segunda: “La actitud ante los pobres, define la actitud ante Dios. Encontrarse con el pobre es encontrarse con Dios. Quien no toma en serio al pobre, no puede encontrarse con Dios”.
Y, por eso seguramente, haya tanto no creyente que, al encontrarse con Pedro, no le niega el respeto, la admiración y la credibilidad.

Tercera: “No podíamos ver todo esto con los brazos caidos. Quien cree en Dios, debe creer en La dignidad del hombre. Quien ama al Padre , debe amar a los hermanos.
El Evangelio es un fuego que le quema a uno la tranquilidad. No se puede ser cristiano y soportar la injusticia con la boca callada”. “Lo que pretendemos, dice en su discurso cuando la concesión del Premi Internacional de Cataluña, es humanizar practicando la projimidad.
La ciencia, la técnica, el progreso solamente son dignos de nuestros pensamientos y de nuestras manos , si nos humanizan más. Y esto nos compromete a transformar el mundo juntos”.

Cuarta: “Dios es para Pedro, escribe el teólogo Pedro Trillo, la razón mayor o mejor su pasión. Dios es para él una realidad ineludible, una presencia cierta, aunque libre y soberana. Una presencia nunca desvelada, remitida cada vez más al futuro total de la esperanza mayor, pero siempre operante y repentinamente aparecida e invocada”.

En una ocasión, periodistas de la televisión europea la preguntan a Pedro:
-¿Haría Vd. lo mismo que está haciendo si no existiera Dios?.
– ”Pero como existe, contestó enseguida Pedro.
Eso sería como preguntarme qué haría yo si no existiera o si yo no fuera persona y cristiano. Sé que otros sin Dios a las claras, hacen más y lo dan todo, y se dan. Yo creo que Dios está siempre con ellos”.

“He tenido, confiesa Pedro, un explícito encuentro con Dios, en Jesucristo, dentro de la comunidad de fe, que es su Iglesia. Y ese es un misterio que me abruma, y que me obliga a creer que Dios es mayor que nuestro corazón y nuestros dogmas y nuestra comunidad”.

Pedro se muestra libre porque es pobre y pobre porque es libre. Y, por ambas cosas, profeta. Una vez, vitas las sospechas y anatemas que caían sobre la TdL, le hice esta pregunta:
– ¿Qué queda de la teología de la liberación?

Y sagradamente indignado me contestó:
“Estoy harto de oir la pregunta. Me la han preguntado por activa y pasiva , compañeros, obispos, periodistas…Que no me sigan nombrando, por vergüenza al menos, las barbaridades -verdaderas calumnias- que colgaron de la teología de la liberación y sus teólogos. Nosotros: teólogos de la liberación, obispos que los acompañamos y las iglesias que se benefician de sus doctrinas no hemos optado por Marx sino por el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su Reino y sus pobres.
Nuestro Dios quiere la liberación de toda esclavitud, de todo pecado y de la muerte. Analizar la trágica situación de los dos tercios de la humanidad, señalarla como contraria a la voluntad de Dios y asumir compromisos prácticos para transformar esa situación son pasos obligados de la Teología de la liberación. A los enemigos
del pueblo es a los que no gusta la teología de la Liberación. ¡Celebrarían tanto que los cristianos pensasen sólo en el Cielo… despreciando la Tierra.
Cuando nosotros queremos ganar el Cielo, conquistando la Tierra. Hijos libres de Dios Padre y hermanos verdaderos!

Mensaje de Pedro para nosotros y la sociedad de hoy

¿Qué mensaje nos deja Pedro a nosotros y a la sociedad en que vivimos? ¿Pero acaso Pedro, alejado de esta civilización, hundido en la inmensidad del Amazonas, desconectado del primer Mundo, puede mostrar pautas de pensamiento y de acción para nosotros?

En primer lugar, lo de la lejanía y desconexión es un decir, que se cae por sí mismo. Bien poco sabe de él, quien afirme eso. Estoy convencido de que su información es más profunda y certera que la que manejamos nosotros.
Se trasluce en todos sus escritos, con rigor, con veracidad y, sobre todo, porque mana directamente de su identificación con los pobres y de su oposición radical a la realidad imperante que los oprime.
Siempre me asombró su capacidad de hacer mística , teología y profecía, al hilo de los acontecimientos, de conflictos y progresos tecnocientificos de esta nuestra sociedad dual y pluriforme. Como si en su casita de Sao Félix do Araguaia, hubiese levantada una potente estación emisora que alcanzara a todos los rincones de la tierra.

Recuerdo muy bien cómo describía la contradicción entre el Primer y Tercer Mundo,en una entrevista que le hice:
-“Mira, Benjamín, nadie libera a nadie, incluso nadie concientiza a nadie, si uno mismo no se libera y autoconcientiza. Se puede ayudar, no sustituir.
En ese sentido, el Primer Mundo sólo podrá liberarnos en la medida en que él se libere. Sólo en la medida en que el Primer Mundo deje de ser Primer Mundo podrá ayudar al Tercer Mundo. Para mi esto es dogma de fe. Si el Primer Mundo no se suicida como Primer Mundo, no puede existir humanamente el Tercer Mundo.
Mientras haya un Primer Mundo , habrá privilegio, exclusión, dominación , explotación,lujo y marginación. Si vosotros, en el Primer Mundo no resolvéis ser un mundo humano, nosotros no podemos serlo”.

¿Mensaje de PEDRO Casaldáliga?

1.Se trata de implantar un proyecto humano, ético-religioso, liberador, planetario, que rompa el proyecto homicida del neoliberalismo. El neoliberalismo hoy se ha globalizado
y pasa olímpicamente de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la Carta de las Naciones Unidas y de la Carta de la Tierra.
Pedro Casaldáliga sabe de qué habla, sabe de las causas de tanta invasión, explotación, dominación y guerra. Lo ha afrontado él en su propia sociedad que es eco y espejo de la sociedad universal; el aquí y el allí están relacionados, hay allí tanto retraso y miseria, tanta deuda, porque aquí, -en Europa, en el Mundo occidental-,
es interminable el robo, la incautación y la dominación.
Los colonialismos e imperialismos, viejos y modernos, se atienen siempre a su lógica: ignorar y despreciar la alteridad, humillar, destruir, imponer la ley del más fuerte.

2.Se trata de contar con personas que se salgan de ese proyecto homicida, que le hagan frente desde la dignidad de la persona y sus derechos inalienables. Sobre ese quicio podemos reconstruir una convivencia fraterna, que erradique el egoísmo y la avaricia,
la soberbia y la prepotencia, la desigualdad, la injusticia, la rivalidad, las guerras, que matan la libertad y la paz.
Nadie es menos que nadie, ni como persona ni como pueblo. Todo ser humano esta obligado a hacer el bien y evitar el mal, a hacer efectiva la regla universal de: “Trata a los demás como tú deseas que te traten a ti”. El hombre es para el hombre cosa sagrada, hermano, no lobo.

Llegar a eso, no es posible sin personas libres, que detesten la idolatría del dinero, del hedonismo, del consumismo, del racismo, del patriarcalismo, de todas las cadenas que aprisionan y oprimen al ser humano.
El ser persona significa ser libre; ser libre significa ser pobre; y sólo es profeta quien vive con libertad y pobreza.
En esta nuestra sociedad hoy en tantos aspectos manipulada y esclavizada, el ejemplo de Pedro Casaldáliga es señal, luz y camino para vivir con dignidad y autonomía, con libertad, con pobreza, con profecía y esperanza.
ME LLAMARÁN SUBVERSIVO

Con un callo por anillo,
monseñor cortaba arroz.
Monseñor ¿”matillo
y hoz”?

Me llamarán subversivo.
Y yo les diré: lo soy.
Por mi pueblo en lucha, vivo.
Con mi pueblo en marcha, voy.

Tengo fe de guerrillero
y amor de revolución.
Y entre Evangelio y canción
sufro y digo lo que quiero.
Si escandalizo, primero
quemé el propio corazón
al fuego de esta Pasión,
cruz de Su mismo Madero.

Incito a la subversión
contra el Poder y el Dinero.
Quiero subvertir la Ley
que pervierte al Pueblo en grey
y al Gobierno en carnicero.
(Mi pastor se hizo Cordero.
Servidor se hizo mi Rey).
Creo en la Internacional
de las frentes levantadas,
de la voz de igual a igual
y las manos enlazadas…

Y llamo al Orden de mal,
y al Progreso de mentira.
Tengo menos Paz que ira.
Tengo más amor que paz.

…¡ Creo en la hoz y el haz
de estas espigas caídas:
una Muerte y tantas vidas!
¡ Creo en esta hoz que avanza
– bajo este sol sin disfraz
y en la común Esperanza –
tan encurvada y tenaz!

2

UNA ETICA PLANETARIA PARA UN MUNDO GLOBALIZADO
Benjamín Forcano
(Conferencia dada en ESPACIO RONDA –Segovia, 50 Madrid- 8 de noviembre 2016)

Justificación del tema

Para entender el sentido del tema que vamos a tratar y
situarlo allí donde es más fácil de comprender, nada como aludir a
nuestra historia reciente.
Con frecuencia nos traen a la memoria, las ruinas pavo-
rosas de la última guerra mundial.Fue tal el hundimiento
y tan inmenso el dolor y frustración, que no tardó en surgir un grito
unánime que parecía cerrar una puerta abismal, para que
no se abriera nunca más en el futuro.
“Considerando que el desconocimiento y menospre-
cio de los derechos humanos han originado actos de bar-
barie ultrajantes para la conciencia de la humanidad;
Considerando esencial promover el desarrollo de
relaciones amistosas ente naciones;
Considerando que los pueblos de las Naciones Uni-
das han reafirmado en la Carta su fe en los derechos
fundamentales del hombre, en la dignidad y valor de la
persona humana y en la igualdad de hombres y mujeres
y se han declarado resueltos a pomover el progreso social
y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más
amplio de libertad;

LA ASAMBLEA GENERAL
Proclama la presente Declaración Universal de los Derechos
Humanos como ideal por el que todos los pueblos y
Naciones deben esforzarse a fin de que tanto los individuos
como las instituciones aseguren por medidas progresivas
su reconocimiento y aplicación universales y efectivos.
Artículo 1: Todos los seres humanos nacen libres e iguales
en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos
con los otros.

Estas palabras son de ayer, de hace 68 años. Y lo que
se anunció ante el mundo entero, lo que con lágrimas y
esperanza se puso como base de una posterior convivencia
fraterna, hoy aparece diluido, olvidado , conculcado en
muchas partes de la Tierra.
A diario nos sentimos asaltados por la gravedad de
Conflictos, enemistades, guerras. Aquella luz, aurora de un
futuro de justicia, de solidaridad y de paz, se apagó. Y
hemos vuelto a revivir tragedias de dolor y sufrimiento ini-
maginables.

Hemos producido mucha más riqueza,
mucho más conocimiento, mucha más tecnología, mucha
más información y comunicación, muchos más adelantos
para el transpote, la salud, la educación, el trabajo, nos
sentimos menos desconocidos y extraños y, sin embargo,
en medio de esa nube de mayor bienestar, las relaciones
de unos pueblos con otros se nos han vuelto más
hostiles y más dispuestas al rechazo y aborrecimiento.
¿Qué nos ha pasado? ¿A qué se debe este retroceso?
Casi como preámbulo de respuesta, ofrezco ahora
unos datos y un planteamiento.

El Dato
Justo al poco tiempo de acabar la guerra, los
vencedores como si nada grave hubiera ocurrido, venían
a proclamar, lo que sería una clave de comprensión.

Decía George Kennan, jefe del grupo del Departamento
de Estado de los Estados Unidos en 1945:”Poseemos cerca
de la mitad de la riqueza mundial. Nuestra tarea principal
consiste en el próximo período en diseñar sistemas de
relaciones que nos permitan mantener esta posición de
disparidad sin ningún detrimento para nuestros intereses” .

Y Albert J. Beverige, uno de los máximos exponentes
de la ideología del “Destino manifiesto”, añadía:

“El destino nos ha trazado nuestra política;
el comercio mundial debe ser y será nuestro.Lo adquiriremos
como nuestra madre (Gran Bretaña)nos enseñó. Estableceremos
despachos Comerciales en toda la superficie del mundo como
centro de distribución de los productos norteamericanos.
Cubriremos los océanos con nuestros barcos mercantes.
Construiremos una flota a la medida de nuestra grandeza.
De nuestros establecimientos comerciales saldrán grandes colonias
que desplegarán nuestra bandera y traficarán con nosotros.
Nuestras instituciones seguirán a nuestra bandera en alas
del comercio. Y el orden americano, la civilización
americana,la bandera americana se plantarán en lugares,
hasta ahora sepultados en la violencia y el oscurantismo”.

Y el senador Brown dejó escrito: “Manifiesto la
necesidad en que estamos de tomar América central;
pero si tenemos necesidad de ello , lo mejor que podemos
hacer es obrar como amos, ir a esa tierra como señores”.

Hoy, autores de la más diversa índole y valía confirman
La trascendencia de los textos que acabo de leer. Así:

-Ken Loach, el más importante de los cineastas británicos,
en entrevista a un periodista que le pregunta: ¿Cómo explicaría
la evolución que ha experimentado la sociedad desde que empezó
a contarla?, contesta:
“En pocas palabras, después de 1945 en casi
toda Europa, se extendió un sentir de deber social y solidaridad. Mi país, en
concreto había sido devastado por las bombas y la gente entendía que la
unidad era vital para combatir el fascismo. Pero, en 1980, llegó Margarita Thatcher
y dijo que hay que cuidar de uno mismo e ignorar al vecino; que la competencia
es más importante que la colaboración. Y destruyó el Estado del Bienestar,
forzando con ello a millones de ciudadanos a vivir en la pobreza. Y desde entonces,
la idea del bien común se ha ido destruyendo gradualmente.
La gente tiene un sentido del deber moral. Los políticos no.
Gran Bretaña es el país que aplica los preceptos del neoliberalismo de forma
más agresiva, desde que Thatcher puso en marcha la privatización de la industria
y de los servicios públicos. Pero, hoy en día es la Unión Europea en su conjunto la
que está impulsando soluciones que favorecen a las grandes corporaciones”.

Y Pepe Mugica, expresidente de Paraguay, dijo hace unos
días en el III Encuentro Mundial de Movimientos Populares:
“El capitalismo inventó una civilización que está invadiendo toda
la tierra, pero que no tiene gobierno, tiene un mecanismo impuesto por el mercado.
Esta civilización sólo tiene un sello, el mercado. Es el que impone el grueso
de las decisiones”..

Y el Papa Francisco en ese mismo encuentro dijo:
“Los descartados del sistema, Hombres y mujeres,
ratificamos que la causa común y estructural de la crisis socioambiental,
es la tiranía del dinero , es decir, el sistema capitalista imperante y
una ideología que no respeta la dignidad humana.. Una economía centrada
en dios dinero y no en la persona es el terrorismo fundamental contra la
humanidad”.
Y cuando el neoliberalismo se siente sistemáticamente agredido,
no duda en tomar represalias a quien lo quiere destruir: “ Cuando en
nuestras posesiones, se cuestiona la quinta libertad la libertad de saquear
y explotar) Los EstaDOS Unidos suelen recurrir a la subversión, al terror
o a la agresión directa para restaurarla” (Noam Chomsky).

El planteamiento
Contrarios diametralmente a los textos que acabo de exponer,
son los principios de la Carta de las Naciones Unidas:

1.La Organización está basada en el principio de la
Igualdad soberana de todos sus miembros (Capítulo 1,
Artículo 2).

No es el momento, pero aclararía esta profunda contradicción,
recopilar una serie de textos de gente competente que, cuando
el atentado a las Torres Gemelas, señalaban unánimemente
las causas que pudieran haberlo provocado y los remedios
a aplicar para una nueva política.
Hoy, estos estudios no existen, no aparecen en los
grandes medios. Tema preocupante, que indica hasta donde
la anestesia continuada ha ido borrando nuestra tarea
humanista y ética.

¿Es posible un proyecto de ética mundial?
No sólo es posible sino absolutamente natural a lo que es y demanda el ser humano. Desde que el hombre es hombre ha entendido su existencia como realidad autónoma e interdependiente: siendo singular, único, es también apertura, relación y solidaridad. No puede vivir solo para sí, desconociendo y prescindiendo de los demás.
No es esa su naturaleza.
Ni puede organizar su vida comunitaria bajo el
principio de la desigualdad, la exclusión , la injusticia o
la discriminación.
No es esa su naturaleza.
Ni puede organizar las relaciones con otras co-
munidades políticas bajo el principio de hostilidad,
sometimiento o dominación.
No es esa su naturaleza.
El convivir humanamente implica vivir con personas
y como personas. Y si no se vive como personas,
no hay comunidad.

Resulta, pues, obvio que el ser persona nos une a todos,
convencidos de compartir algo común: una misma catego-
ría ontológica, una misma estructura psisomática, unas
mismas propiedades, por las que nos reconocemos,
aceptamos y colaboramos.
Nuestro modo de ser racional, libre y responsa-
ble nos lleva a poder vivir fraternalmente y a poder es-
blecer un orden, una organización y unas normas que
nos aseguren la realización digna de todos. Nadie
es menos que nadie y nadie es más que nadie.
Nadie es por naturaleza amo o esclavo,
superior o inferior, mayor o menor.

En este sentido, la ética nos acompaña en todo
nuestro desarrollo histórico. Pero, en cada lugar y
momento puede adoptar proyecciones distintas, de
retroceso, de evolución positiva, mejorables, sin perder
el aliento sustancial que le dicta lo que es bueno y lo que
es malo, lo que le está prohibido y lo que le está permitido.
En la actualidad, el principio ético que a todos nos
identifica, ha cristalizado sociopolíticamente en una
proyección marcadamente negativa. Personas y grupos
pueden organizarse según normas y metas que
contradicen la naturaleza la ética de las relaciones humanas.

En el caminar de la historia el hombre puede,
porque es libre, optar por proyectos y normas morales
equivocadas, que le niegan asentimiento y legitimidad.
La globalización del mercado es un hecho. En esa
globalización todo se ha mercantilizado, todo está
sometido a un precio: cada cosa es lo que vale. Y en ese
mercado la persona misma se subasta como una
mercancía más, resulta objeto de compra-venta:
tanto eres cuanto vales, tanto vales cuanto tienes, y tanto
tienes cuanto acaparas y tanto acaparas cuanto puedes.
En el sistema neoliberal, hoy globalizado, se
profesa culto al dinero, al tener, no al ser; se sacrifica sin
piedad la dignidad humana y sus derechos inviolables
al becerro de oro.
Las leyes que lo rigen son el egoísmo y la
avaricia, la competencia agresiva, la soberbia, que
acaban silenciando si no borrando la regla ética
universal: Haz el bien y evita el mal, no quieras
para los demás lo que no quieras para ti, trata
a los demás como tú deseas que te traten a ti.

Este sistema pasa olímpicamente de la ética, ciega
la conciencia y desvincula a quien así actúa de la
comunidad, de la naturaleza, de Dios. Persigue la
apropiación de los bienes creados y producidos hasta la
ganancia máxima, sin importarle la exclusión,
el despojo y el empobrecimiento de los demás.
Podemos establecer como claras tres cosas:

Primera: el sistema neoliberal está orientado a incrementar
la riqueza de los más ricos, en él y por él se hace cada
vez mayor el foso entre ricos y pobres: en el 1820, la
diferencia entre ricos y pobres era de 3 a 1; en el 1950,
de 35 a 1; en 1973, de 44 a 1; en 1992, de 72 a 1.

Segunda: este sistema es responsable de la pésima
distribución de la riqueza y de numerosos males
para la mayoría derivados de ella.

Tercera: Este sistema hace imposible la igualdad, la
justicia, la libertad, la solidaridad, la paz, la democracia.

Todo lo dicho nos sirve para entender que la
crisis que nos envuelve tiene aquí su raíz,
en el entronizamiento del dios dinero o, lo que es
lo mismo, en la mercantilización de la persona,
o lo que es lo mismo, en la erradicación de la ética humana,
que convierte al hombre en lobo y no en hermano.
La crisis actual no es, pues, económica, aunque
también, sino ética. No es política, aunque también,
sino ética.

¿Pero existe un proyecto ético de validez universal?

¿Pero, existe un proyecto ético válido de alcance universal? ¿Pueden apoyar dicho proyecto creyentes y no creyentes?
El teólogo Hans Kúng lleva décadas impulsando este proyecto: “Por ética mundial entendemos un consenso básico sobre una serie de valores vinculantes, criterios inamovibles y actitudes básicas personales. Sin semejante consenso ético de principio, toda comunidad se ve, tarde o temprano, amenazada por el caos o la dictadura, y los individuos por la angustia” (Idem, p. 33)

La conciencia de nuestra planetariedad nos invita hoy colaborar e integrar más que a contraponer y excluir. ¿Por qué los cristianos hemos de aparecer como portadores de una moral que no sea humana o que se construya al margen o en contra de lo humano?
Jesús de Nazaret, -el hijo del hombre, humano por excelencia- encarna y explicita lo humano y, desde lo humano, hace visible el rostro de Dios. Lo cristiano sería nada sin lo humano y lo humano con la enseñanza y vida del Nazareno cobra talla plena.

La dignidad humana, quicio de un proyecto ético universal
Sabemos cómo funciona la economía capitalista y sólo desde ella podemos dar explicación de los fenómenos que suceden a nuestro alrededor. Sin el capitalismo no podemos entender ni la desigualdad de unos países con otros, ni el desempleo, ni el deterioro de las condiciones de nuestra vida. Por tanto, de lo que se trata es de poner al descubierto el modelo de sociedad por el que pretenden regirnos. Los ciudadanos, acosados por el desempleo, los desahucios, el hambre y otros males, vemos peligrar nuestras condiciones de vida y hasta nuestra propia existencia y hemos puesto en radical cuestionamiento este modelo ideológico, que ni sirve para organizarnos ni para vivir como sociedad.

Lógicamente, el cuestionamiento de este modelo de sociedad va acompañado por la aparición de otro modelo. Al capitalismo le sobran actualmente, en el contexto de la globalización financiera y productiva, los servicios públicos y los derechos laborales.
Resistir a este proceso y construir un modelo alternativo es nuestra batalla. Pero, no podemos hacerlo desde respuestas del pasado. A una crisis estructural, la solución tiene que ser también estructural.
En realidad, y esta es acaso la conclusión fundamental, un Estado de derecho no puede existir mientras exista el capitalismo, mientras no haya democracia económica. Estado de derecho y capitalismo son incompatibles. Los principios, las actitudes, los criterios y los valores que deben informar nuestro modelo de sociedad no cuadran con los del modelo capitalista.
1.El capitalismo es intrínsecamente perverso y no ofrece solución

Justamente por esta incompatibilidad, la utopía nos hace soñar con un mundo único en que todos nos relacionemos con todo en respeto, colaboración y armonía. Porque los territorios, las lenguas, las razas, las culturas, las religiones, las políicas son relativas, en tanto que la dignidad humana, como categoría de valor, es absoluta en cualquier lugar, tiempo o circunstancia política.
No se trata por tanto de estimular más medios, más técnicas , más recursos y más alianzas para promover y acumular más bienes. Todo eso hace tiempo que lo tenemos, ha ido creciendo imparablemente y, sin embargo, la realidad nos dice que no ha servido para acabar con la pobreza, la injusticia, la discriminación , el sufrimiento, los monopolios y privilegios, sino para ahondar más la brecha entre minorías superafortunadas y mayorías esclavizadas.
Nuestra apuesta es ética, de ética universal, en la que confluye todo lo que es profundamente humano y profundamente liberador.
2 -Primero de todo, personas

Unos y otros, desde nuestras respectivas perspectivas, no podemos olvidar que, primero de todo, somos personas con una dignidad , valores, derechos y responsabilidades universales y, por tanto, irrenunciables, en cualquier lugar, cultura o país del mundo.

Lo prometedor del momento actual es que la conciencia humana ha logrado consolidar ciertos principios y formular conquistas morales que no está dispuesta a perder. En muchas partes, esas conquistas no se han hecho realidad, todavía, pero hoy ya las defendemos como innegociables:
– Ninguna nación debe prosperar a base de explotar y dominar a otra.
– Ningún ser humano debe ser explotado por otro.
– Ninguna religión es única y superior ni puede imponerse a los demás.
– Todo sistema económico, que no sirva para remediar las necesidades humanas de todos, es injusto.
– Los pueblos están llamados a entenderse, colaborar y solucionar juntos las grandes causas de la humanidad.
– Es inmoral el omnipresente y voraz mercantilismo de la globalización neoliberal.
– La humanidad es una y tiene vocación de justicia, de fraternidad, de libertad y de paz para todos.

Todo esto es posible y se va consolidando porque unos y otros, desde nuestras respectivas perspectivas, no podemos olvidar que, primero de todo, somos personas con una dignidad , valores, derechos y responsabilidades universales y, por tanto, irrenunciables, en cualquier lugar, cultura o país del mundo.
“Hoy tenemos la obligación, escribía Patxi López hace unos días, de enfrentarnos con un proyecto ético sólido y real a todos los dogmas que desde el neoliberalismo se nos están imponiendo como si fueran, no sólo verdades absolutas, sino el único camino en un mundo globalizado. La nación como concepto de sociedad cohesionado por una identidad común, ya no existe” (El Pais, 5-XI-16).

3. La común identidad: la fraternidad es la genética constitutiva de la humanidad.
Las relaciones de unos pueblos con otros han estado inspiradas en el principio de sobrevalorar las diferencias y de menospreciar la común igualdad. Y las diferencias las hemos convertido en bandera de superioridad y dominación. Hoy, la conciencia avanza imparable, persuadidos de que el valor supremo es la vida, que está en cada persona.
Jamás hechos o circunstancias accidentales pueden eclipsar lo esencial. Y lo esencial es afirmar que, frente a la realidad pequeña de la patria, del territorio, de la lengua, de la cultura, de la religión, de la política, de los Estados, está la realidad grande, superior a todas las otras, de la persona.

Mi patria universal es la dignidad de la persona. Mi lengua universal son los derechos humanos. Mi religión es la que me religa a todo ser humano, me lo hace otro yo y me hace tratarlo como yo quiero que me traten a mí. Mi sangre y mi ADN universales me identifican con la sangre y ADN de todos los humanos, con sus anhelos de justicia, de libertad, de amor y de paz. Mi ciudadanía es planetaria, no disminuida en ninguna parte, y brota de mi ser humano como la de todos los demás.
Todos somos personas y , si personas, iguales; y, si iguales, hermanos. Y, si hermanos, ciudadanos del mundo entero.
Las razas son relativas. Las religiones son relativas. Las lenguas son relativas. Las patrias son relativas. Las culturas son relativas.
Lo absoluto es:
el amor a toda persona,
el no querer el mal para nadie,
el no explotar a nadie,
el no humillar a nadie,
el no discriminar a nadie,
el no engañar a nadie.

La fraternidad es la genética constitutiva de la humanidad, genética que hace intolerable la injusticia, el odio, la indiferencia, el orgullo, la insolidaridad. Uno se hace prójimo de cualquier necesitado cuando tiene compasión de él. Y tiene compasión cuando ve en su cara la cara de un hermano.
Hoy el planeta Tierra produce bienes, recursos y medios para todos, pero no todos tienen acceso a ellos, porque el capitalismo los excluye.
Se explica perfectamente que esta crisis haya despertado en nosotros un sentimiento básico de rebeldía, de solidaridad universal y haya hecho estallar la indignación. Tal sentimiento no ha hecho sino conectar con lo que en toda cultura es lo más íntimo nuestro: la dignidad humana, “homo homini res sacra” , el hombre es para el hombre cosa sagrada, no se la puede mercantilizar; y también lo de “homo homini frater, non lupus”, el hombre es para el hombre hermano, no lobo.

Hemos dado con la clave que nos brinda la solución. Esta crisis no es económica, es ético-humanista, es crisis de la ideología neoliberal. En virtud de esta clave podemos sentenciar:
“No soporto la injusticia,
no soporto la desigualdad,
no soporto la discriminación,
no soporto el engaño,
no soporto la humillación,
no soporto el maltrato,
no soporto la soberbia,
no soporto la dominación.

No los soporto, me rebelo y lo rechazo yo. Y lo rechazamos todos, porque todos somos lo mismo, porque maltratar a uno es maltratar a todos, y discriminar, humillar y despreciar a uno es despreciar a todos.
La vida del otro, cualquiera que él sea, es como la mía.
Y esa clave es condición y presupuesto para toda indignación:-Se me revuelven las entrañas cuando soy tratado injustamente, me hierve la sangre cuando me discriminan, se me agita el corazón cuando me quitan la dignidad. Y cuando a un prójimo, cualquiera que sea, se le trata injustamente, se le discrimina o se le quita su dignidad, también se revuelven mis entrañas, me hierve la sangre y se agita mi corazón.

Desafío y posibilidad de una ética universal liberadora
1.Hoy no bastan las soluciones parciales
La crisis de que hablamos, es universal y para resolverla hay que contar con una visión y solución que sean universales. Las visiones parciales, propias de otros tiempos, se han mostrado estériles. A superar esa parcialidad apunta la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948: “La Libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables der la familia humana” (Preámbulo).
Esto quiere decir que, en torno a esa dignidad y derechos, no se ha impuesto la “concepción común” que parecía augurarse en la Asamblea de las Naciones Unidas. No se ha impuesto la idea de que esa dignidad y derechos atañen a todos los miembros de la familia humana y no se ha impuesto porque en la política, educación y planes de los diversos pueblos no ha habido acuerdo y compromiso de cumplir un mínimo ético básico que diera lugar a un consenso mínimo básico. Hoy es voz común que hay problemas comunes a todas las naciones, que requieren un nuevo paradigma de visión y de normas, compartido por todos, y ese nuevo paradigma tiene que ser de carácter ético.

2 – Dignidad, valores y normas, que son patrimonio universal de la ética humana.
Convencidos de la unidad fundamental de la familia humana, las Naciones Unidas proclamaba en 1948, en el plano jurídico, los Derechos Humanos. Y eso mismo es lo que ha de ratificar desde el ángulo de la ética: el respeto total a la persona humana, el carácter inalienable de la libertad, la igualdad básica de todos los humanos y la interdependencia de todos con todos.
NORMA UNIVERSAL PRIMERA: todo ser humano debe recibir un trato humano.

El teólogo Hans Küng asienta este principio como primordial en el proyecto de una ética mundial:
“Esto significa que todo ser humano, sin distinción de sexo, edad, raza, clase, color de piel, capacidad intelectual o física, lengua, religión, ideas políticas, nacionalidad o extracción social, posee una dignidad inviolable e inalienable. Por esta razón, todos, individuos y Estado, están obligados a respetar esa dignidad y a garantizar eficazmente su tutela. La economía, la política y los medios de comunicación, los centros de investigación y las empresas han de considerar siempre al ser humano sujeto de derecho; la persona debe ser siempre fin, nunca puro medio, nunca objeto de comercialización e industrialización. Nada ni nadie “está más allá del bien y del mal”: ni individuo, ni estrato social, ni grupo de interés por influyente que sea, ni cártel de poder, ni aparato policial, ni ejército, ni Estado. Al contrario: ¡Todo ser humano, dotado de razón y de conciencia, está obligado a actuar de forma realmente humana y no inhumana, a hacer el bien y evitar el mal!” (Reivindicación de una ética mundial, Idem, pp. 34-35).

Sólo obrando de esta manera se es verdaderamente humano. Este obrar, queda sancionado como válido universalmente por la Etica, el Derecho y la Religión y queda esculpido en la Regla de oro: “No hagas a los demás lo que no quieras para ti” o “Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti”.
Cuatro principios que derivan de esta norma primera
Quiero ir acabando eumerando no más cuatro principios que derivan de esta norma primera.
1.Respeta la vida
Es natural el principio de “Respetar la vida”: todo ser humano tiene derecho a la vida, a que nadie lo maltrate, lo discrimine, lo depure o extermine; a que los conflictos se resuelvan pacíficamente; a que el fomento de la comunidad humana vaya unido al respeto de la naturaleza y del cosmos, pues tenemos una responsabilidad especial para con la Madre Tierra y el Cosmos, el aire, el agua, el suelo; esa responsabilidad nos lleva a ser abiertos, solidarios, tolerantes, respetuosos con todos. ¡Respeta la vida!

2. Practica la justicia
En virtud de este principio, todo ser humano debe practicar la justicia, haciendo un buen uso de los bienes de la Tierra, de no acumularlos insolidaria e incontroladamente, de contribuir al Bien Común; debe crear estructuras económicas que se configuren desde las necesidades y derechos de los más desfavorecidos; crear una economía social y ecológia; entender el poder como servicio a las personas y preferentemente a los más necesitados; asegurar una política basada en el respeto, el razonamiento, la mediación y consideración recíproca; asumir una actitud de moderación y control del insaciable afán del dinero, del prestigio y del consumo.
3. Sé honrado y veraz
El mundo nos depara cada día una larga lista de gente que engaña, defrauda y miente, que desinforma, que vende falsificando, somete su ciencia a intereses económicos, pregona el fanatismo, etc.

Y cada día, en el seno de todo lugar y cultura, a la conciencia humana le acompaña el imperativo de no mentir, de hablar y de actuar desde la verdad. Ningún ser humano, ninguna institución, ningún Estado y ninguna Iglesia o comunidad religiosa tiene derecho a decir falsedad a los demás. Todo hombre tiene derecho a la verdad y a la veracidad, y tiene el deber de hacer valer la verdad, de buscarla incensantemente, de servirla sin ceder a oportunismos.
4. Ama y respeta a los otros
No es posible una convivencia entre iguales sin verdadera humanidad. Dentro del mundo del varón y la mujer, sigue existiendo el patriarcalismo, la explotación de la mujer, el abuso sexual de niños, la prostitución impuesta.
Nadie puede degradar a otro ni mantenerlo en una forzada dependencia sexual. La relación hombre-mujer debe regirse por el amor, la comprensión, la confianza, el respeto mutuo, la igualdad.
Cconlcusión: Necesitamos actuar con la libertad, la pobreza y la radicalidad de los profetas.

Ofrezco como conclusión las palabras y el testimonio del poeta, místico, profeta y obispo Pedro Casaldáliga y de un religioso “cabalmente” político, que fue Ministro de Asuntos Exteriores en la revolución sandinista y Presidente de la Asamblea General de la ONU en los años 2008-2009, P. Miguel D´Escoto:
1.Pedro Casaldáliga
. “Convéncete, Benjamín, me decía en una entrevista, El Primer mundo sólo podrá liberarnos en la medida en que él se libere. Sólo en la medida en que el Primer Mundo deje de ser Primer Mundo podrá ayudar al Tercer Mundo. Para mi, esto es dogma de fe. Si el Primer Mundo no se suicida como Primer Mundo, no puede existir humanamente el Tercer Mundo.Mientras haya un Primer Mundo, habrá privilegio, lujo y marginación. Si vosotros, en el Primer Mundo no resolvéis ser un mundo humano, nosotros no podemos serlo”.

. “El liberalismo es, por esencia, pecado. El imperialismo es pecado, porque es desviación, porque es negación de los pueblos. Así como cada persona es una imagen individual de Dios, también cada pueblo y cada cultura es una imagen colectiva de dios. Como personas, como pueblos, como Iglesia, tenemos el deber, no solo el derecho, de defender las culturas, la alteridad cultural, la identidad cultural”.
. “ La gran blasfemia de nuestros días, la herejía suprema que acaba siendo siempre idolatría, es la macroidolatría del mercado total”.
. “Ceo que el capitalismo es intrínsecamente malo: porque es el egoísmo socialmente institucionalizado, la idolatría pública del lucro, el reconocimiento oficial de la explotación del hombre por el hombre, la esclavitud de los muchos al yugo del interés y la prosperidad de los pocos. Una cosa he entendido claramente por la vida: las derechas son reaccionarias por naturaleza: fanáticamente inmovilistas cuando se trata de salvaguardar el propio tajo , solidariamente interesadas en aquel orden que es el bien… de la minoría de siempre”.

.“Los pueblos indígenas tienen sobre sí la sentencia de muerte más inmediata, la muerte más lógica a partir del sistema. Estorban. Sus tierras son cebo de la codicia de los grandes. América, en su disversas naciones, en su entresijo continental, debe reaprender los valores básicos de las culuras indígenas. Es para mí como un dogma de fe: o el indio se salva continentalmente, o no se salva. Es uno el sistema que nos tiene a sometidos a todos. El blanco siempre ha hablado mucho de Dios, pero no ha respetado la voluntad del Dios verdadero, aquel Dios que es el Padre de todas las personas y el Señor único de todos lospueblos, el Dios de la vida y el Dios de la muere. Jesucristo no vino al mundo para que los indios dejasen de ser injdios. El no es un colonizador blanco. El es el Liberador. El indio cristiano que piensa en dejar de ser indio no puede sr un buen cristiano. Quien niega a su pueblo, niega a Dios, creador de todos los pueblos.”

2. Miguel D´Escoto
“En el nombre de mi Señor Jesús y en honor al 500 aniversario del célebre y valiente sermón de fray Antonio de Montesinos, pronunciado el 21 de
Diciembre del año 1511, en Santo Domingo, hoy capital de nuestra hermana República Dominicana, que influyó en que yo, 45º años después, fura ordenado sacerdote, prometo que, desde este 21 de diciembre en adelante, cada vez que me toque referirme a los Estados Unidos de de Norteamérica diré el terrorista, asesino y genocida imperio estadounidense”.

3
Los derechos humanos base, criterio y medida de toda política.
Benjamín Forcano
Desde diciembre pasado hasta hoy han pasado casi once meses. En Diciembre, nuestro pueblo soberano (nuestra democracia), ejerció el derecho al voto expresando su participación política a favor de unos u otros partidos políticos, todos ellos surgidos con aceptación y respeto de la Constitución.
El resultado electoral fue claro: la voluntad popular exigía un cambio y unas reformas, absolutamente necesarias, para hacer valer los derechos de todos los españoles, tal como aparecen descritos en la Declaración universal de los derechos humanos y en la Constitución española.

Unas premisas previas
1.Ningún partido político surge y asume poder sin la ciudadanía. La ciudadanía, sujeto de la soberanía democrática, es la que orienta, exige y determina los valores de nuestro Estado de derecho: la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político (Constitución, Art. 1).
2. La ciudadanía, al elegir, es la que otorga poder a los políticos y estos lo trasponen, en última instancia, al Estado.
3. El contenido fundamental de nuestro Estado social y democrático de Derecho incluye y ratifica la Declaración universal de los Derechos Humanos y nuestra Constitución española.
4. En consecuencia, los partidos debieran tomar como norma y referente de su quehacer político el cumplimiento de esos derechos fundamentales. Pero, la realidad muestra iterativamente que los partidos –llegados al poder- olvidan que ese poder les es delegado, ignoran los derechos establecidos y se afanan por un proyecto de convivencia lejos de la Declaración y de la Constitución, colocándose fuera de un Estado democrático y de Derecho.
Garantizar la dignidad humana y sus derechos, base y meta de toda política

Es esto precisamente lo que interesa recalcar: el momento que vivimos, nuevo en nuestra reciente historia democrática, está poniendo al descubierto la verdad o mentira de nuestra democracia política: hay partidos que en su Gobierno actúan con escaso o nulo respeto de los derechos humanos; y hay partidos que, diciendo querer un cambio y aceptación de esos derechos, luego, a la hora de gobernar, los recortan o se retraen de ellos.
No sé por qué tanto énfasis en que cada partido haga y muestre su propio programa, como si no incumbiese a todos el cumplimiento de la Declaración universal de los de los derechos humanos y de la Constitución española. Habrá que añadir y pormenorizar la manera concreta (medidas a seguir) para hacer efectivos esos derechos, pero para el cambio y la reformas demandadas por el pueblo soberano, hay que comenzar por tomar esos derechos como principios guía-inderogables.

Menciono , como botón de muestra, la tragedia de miles y miles de deshaucios como prueba la más lacerante de la ausencia e insensibilidad de los poderes públicos frente a un derecho de la ciudadanía: el derecho a la vivienda.
Nuestro Estado de Derecho legisla que ningún ciudadano puede quedarse sin vivienda y, si llega el caso, se le busque solución humana. Pues bien, no sólo no se ha respetado ese derecho sino que se lo ha conculcado con inhumanidad e impiedad: “Summum ius, summa iniuria! Hasta ahí nos ha llevado la furia neoliberal consumista, que legitima la coexistencia del lujo con la miseria, de los derechos pisoteados con los privilegios. Cifra surrealista la de seis millones de pisos vacíos frente a miles de personas y familias a las que se les ha cerrado la posibilidad de una vivienda digna, conforme a su situación, trabajo y derechos.

No entiendo cómo una sociedad desarrollada, – la cuarta economía de la zona del euro- con bienes, leyes y mecanismos para que ninguno de sus ciudadanos deje de conseguir este derecho fundamental, permite que puedan darse en ella las cruces sangrientas y deplorables de los desahucios. Y que hayan salido a la luz pública, exhibiendo prescripciones y órdenes legales, con anuencia de jueces, notarios y empresarios y con ejecución impávida de policías, dejando en la calle, sin casa, a familias enteras, es un hecho abominable y contradictorio con todos los mandatos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de nuestra Constitución.

1.Un programa ineludible: Declaración universal de los Derechos Humanos
– “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración (Art. 2).
-“Todos son igual ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley” (Art. 7).
– “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, a los recursos del Estado y la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad” (Art. 22).
-“Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social” (Art. 23).
“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure , así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial, la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios” (Art. 25).

2. La Constitución Española
La Constitución Española ya en el Preámbulo declara que:
“La Nación española desea proteger a todos los españoles en el ejercicio de los derechos humanos”, para lo cual, reconociendo que “Todos los españoles son iguales ante la ley” (Cap. II, Art. 14), encomienda a los Poderes públicos “Promover las condiciones para que la libertad y la igualdad sean reales y efectivos” (Tít. Preliminar, Art.9).
Entre esas condiciones están las de garantizar
– “El derecho al trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia” (Cap. II, Art. 35),
– “Promover una distribución regional y personal más equitativa” (Cap. II, Art. 40) y
-“Regular la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación y hacer efectivo el derecho de todos los españoles a disfrutar de una vivienda digna y adecuada” (Cap. II, Art. 47).

Deber de toda política
La misión de toda política, que de verdad sea democrática, consiste en doptar recursos y medidas que hagan efectivos los derechos humanos .
Salta a la vista que la cuestión que aquí se dirimees la de de principios y no de intereses, que pretenden producir y distribuir riqueza al margen o en contra de los derechos humanos.
1.La norma a seguir no es asegurar una producción ilimitada, sino ordenarla ética y jurídicamente para asegurar los derechos de todos.
2. La economía no es autónoma ni entra en el mercado para actuar guiada por el egoísmo y el lucro, sino subordinada al cumplimiento de los derechos humanos.

3.Habrá proyectos y planes mil que el Estado –garante del Bien Común- ha posponer o descartar, si previamente no se aseguran los derechos básicos de todos los ciudadanos.
4.El criterio, por tanto, para gobernar es: convenir y pactar, planificar y decidir para atender primero a las necesidades y derechos de los ciudadanos y quien no acepte ese camino o pretenda otros objetivos, se sale del Estado democrático de Derecho.
Estará por el cambio, las reformas y el progreso quien entre por este camino y medidas, y no quien aspire a acumular riquezas que ni son suyas ni provienen de su trabajo. Nadie puede construir su fortuna al margen de los demás o a costa de ellos.
La convivencia democrática marca unas normas de igualdad, justicia, solidaridad y libertad que nos atañen a todos. Los derechos individuales no son absolutos sino relativos, limitados por los derechos de los demás, única manera de que podamos convivir como personas, democráticamente, consolidando una convivencia justa y armónica.
Hacer real la democracia.

Es esto simplemente lo que nos muestra el momento convulsionado que vivimos. Si nadie es más ni menos que nadie, sobran –son antidemocráticos- cuantos se empecinan en querer seguir sobresaliendo y dominando, reclamando un estilo y nivel de vida que contradice el dictado por los derechos humanos.
Se insiste en la urgencia de crear gobierno y establecer acuerdos. Pero, debe ser con una prioridad por delante, la de fijar el contenido y alcance de esos acuerdos. Esos acuerdos no son aleatorios, pudiendo no ser respetarlos o incumplidos, sino que tienen contenido real y marcan una precisa dirección y responsabilidad política. Los derechos humanos no permiten que la inmensa riqueza de nuestro país, amasada entre todos, vaya a parar a unos grupos privilegiados o se destinen a planes y obras que menosprecian o descartan la prioridad de los derechos de la mayoría.

En definitiva: ¿creemos o no en la igual dignidad de los humanos y de sus derechos?
No es revelar ningún secreto si, a la postre, después de tantos y menguados debates, decimos que es aquí donde está la clave para que unos u otros sectores sociales, agrupados en partidos, se señalen como propugnadores o no del cambio y las reformas necesarias.

No es cuestión de perderse en brumas de especulaciones, sino de ir directo a lo que más duele: redistribuir la riqueza con más ecuanimidad para que, si ahora hay millones de ciudadanos -más de siete- que cobran bastante muy por debajo de los mil euros al mes y hay más de 120.000 españoles que cobran 20.000 € al mes, los políticos convengan, acuerden y legislen con qué medidas concretas corrigen esa distancia.
Recortes CERO-Grupo Verde, por ejemplo, propone que nadie cobre menos de mil euros al mes y nadie más de 10.000. Sería una medida posible, hasta razonable y efectivamente correctora de la desigualdad. Y ahorraría bastantes miles de millones de euros para asegurar en muchos ciudadanos la satisfacción y cumplimiento de otros derechos suyos básicos.
Democracia, ¿sí o no?. Igualdad eticojurídica, ¿si o no?. Iguales derechos para todos, ¿sí o no?.
Y con la respuesta a la vista, empeñarse en reajustar con la realidad, los fallos, quiebras, transgresiones y omisiones de la política hecha o por hacer.

Regular la convivencia desde la dignidad humana y sus derechos humanos inalienables es norma universal para todos, que supone criterios, formación, actitudes y compromiso de los ciudadanos como paso previo para que las leyes de los Políticos y del Estado expresen respeto y adecuación con esa dignidad y derechos.
Y quien no gobierna sobre esa base está en otra galaxia –neoliberal o la que sea- , se sitúa fuera de la democracia y engaña y miente cuando hace propuestas que nunca va a cumplir.

Conclusión: PP, PSOE, UNIDOS-PODEMOS, C,s., etc
¿Cómo andan los Partidos de conocimiento, respeto, adhesión y fidelidad a los Derechos Humanos en sus respectivos programas políticos?
Quien los conozca y los mida con la escala de los derechos humanos descritos en la Declaración Universal de los derechos humanos y en la Constitución española, podrá descubrir el grado de su calidad democrática y el grado de su mentira e hipocresía, y de su incapacidad e indisponibilidad para pactar.

4
Más allá de la fe del carbonero

La fe del carbonero es la fe que, durante siglos, nos hacía pensar que la fe consiste “en ver lo que no se ve”: La fe del catecismo, de los manuales de teología, del magisterio oficial.
Un fe plasmada en preceptos, creencias, dogmas, ritos, que aprendíamos de memoria y repetíamos invariablemente.

Dos observaciones:
-Esta fe, en muchas ocasiones, acababa en un Dios ajeno a nosotros y al mundo, un Dios tapagujeros, al que tratábamos de aplacar, atraer y utilizar con nuestras obras, sacrificios y el buen cumplimiento de las leyes. Era la fe de los fariseos en tiempo de Jesús: ellos cumplían escrupolosa y externamente con lo mandado y luego presentaban ante Dios sus méritos para exigirle que EL cumpliera.

Esta fe es, en cierto modo, idolátrica, porque la pone en un Dios, que no es AMOR, que queda fuera de nosotros. El Dios, manifestado por Jesús, no se esconde ni juega a que le chantejeemos con nuestros méritos. Está desde siempre en nosotros y con nosotros, pues nos ha creado y dotado con una realidad, que es partícipe de su espíritu, de la gran energía de su Amor.

La Fe comienza por admitir lo que somos, confiar en lo que somos, sin esperar que nos venga de fuera, recurriendo a un ser superior, como si nos faltara. Fe -Confianza en nosotros mismos, en lo que somos, en lo que se nos ha dado.
Es ahora nuestro momento. Dios nos ha hecho a cada uno sujeto racional, solidario, libre, responsable, idóneo para amar y ser amado. Es el momento de ver cómo Dios actúa a través nuestro:
– “Tú, Timoteo, anunciador del Evangelio, que tienes la fuerza que Dios te ha dado, manten la visión que yo te he dado y vive con fe y amor cristiano. Guarda este tesoro con la ayuda del Espíritu Santo, que habita en nosotros ”.

-La fe no concuerda con el antiguo modelo, que nos pedía sometimiento infantil y ciego: “Creer en lo que no se ve”, como si Dios nos obligara a una fe irracional, contraria al pensar libre y responsable.
La fe que nos reclama Jesús, la llevamos dentro, está ahí como está la vida en esa semillita de mostaza, más pequeña que la cabeza de un alfiler. Esa fe es vida que hay que desarrollar, cultivar, hacer crecer, sin miedo a la ciencia que nos ayuda a resolver los problemas y enriquece; sin miedo a confrontar con la Etica y el Evangelio el quehacer de la economía y política con sus aciertos y desvaríos; sin miedo ni huida de nosotros mismos, muy proclives a entregar nuestra vida a falsos dioses.
Esta fe es una actitud que empuja en la dirección de lo que somos. ¿Tenemos o no confianza en la dignidad humana, en la verdad de que somos hijos de Dios?

Creer en Dios es creer en el hombre. Es éste el primer artículo de mi fe cristiana: no puedo creer en Dios, si no creo en el hombre, criatura-imagen suya, sagrada e inviolable.
Creer en Dios es comprometerse, no aprender y recitar doctrinas de memoria, sin que luego transformen mi vida y la de la sociedad.
Creer es abrazar el proyecto de Jesús, dispuesto a seguirlo y vivirlo.
La fe en Dios, en el mundo por El creado y en nosotros mismos, nos descubrirá en cada momento los mitos, ignorancias, prejuicios, que debemos abandonar para salir de nuestras incertidumbres y miedos.
Tardará, estamos en el todavía no, pero con nuestra fe-confianza lo lograremos, cada vez más, hasta llegar a su plenitud.

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