Es posible acabar con el hambre, solo hay que reflexionar que hay otra manera de hacer las cosas», ha opinado la misionera Victoria Braquehais, encargada de poner rostro a las cifras y mensajes de la campaña que ha presentado hoy Manos Unidas. Esta mallorquina, de 39 años, dirige el Instituto Uzima en la localidad de Kanzenze, en la República Democrática del Congo, donde también gestiona, junto a otras misioneras de la Congregación Pureza de María, el hospital general y una escuela de infantil y primaria. «Para sembrar necesitamos semillas«, ha dicho la religiosa, pero también agua y tierra, pero sobre todo «hacen falta capacidades y la educación es la llave del desarrollo». Braquehais ha reconocido en El Espejo que su trabajo le “sigue impresionando”. “Muchos niños llevan un retraso físico e intelectual importante como consecuencia de la mala alimentación y el hambre y esa cadena pasa de una generación a otra y eso impide el desarrollo”, ha señalado.

«Parece contrario a la lógica, a la ética y a la moral que una de cada nueve personas en la tierra pase hambre mientras se desperdicia un tercio de los alimentos en el mundo«, ha asegurado la presidenta de Manos Unidas Soledad Suárez, quien ha recordado que en España se tiran 1.300 millones de kilos de alimentos al año.“Los proyectos de Manos Unidas nunca se financian al cien por cien”, ha dejado esta farmacéutica de formación que llegó a Manos Unidas de casualidad en 2005 como voluntaria. “Una parte la ponen los beneficiarios”, continua. “Ellos se hacen dueños de su desarrollo. Esto se lleva haciendo desde el primer año que empezamos a luchar contra le hambre”.
Manos Unidas propone a los ciudadanos con su nueva campaña «Plántale cara al hambre, siembra» que se sumen a la lucha contra la pobreza, que afecta a 800 millones de personas en el mundo, abordando las causas que la provocan, como el mal uso de los recursos o el sistema económico que prima el beneficio.

Manos Unidas va a destinar 11 millones de euros a la lucha contra el hambre, ha anunciado su presidenta, quien ha destacado que Manos Unidas aumentó sus ingresos en 2015 un 4,7 por ciento, hasta los 45,1 millones, gracias al incremento de las donaciones privadas, que beneficiaron a más de 2,8 millones de personas.